sábado, 17 de diciembre de 2011

Aldeanada

¡Estamos en España! Eso gritó una espectadora antes de marcharse airada dando un portazo en el palco, convirtiendo al Teatro Gayarre en una corrala. En pleno espectáculo de "Lost Tango", y cuando Ute Lemper había acabado "Amsterdam". En la sala se produjo un silencio espeso y vergonzante interrumpido por el comienzo musical de "Ne me quitte pas". Que el show transcurría entre diversos idiomas no era una novedad para cualquiera que hubiera visto antes a Ute. Pretender que un espectáculo se adapte al idioma del país en el que se representa es como pedirle a Bob Dylan que cante en español, o que La traviata se interprete traducida. Una aldeanada. Que esto ocurra en un Teatro de una ciudad que ha sido aspirante a la capitalidad cultural europea es penoso.
Antes del comienzo me encontré con una cargo público del Gobierno de Navarra, y hablando con ella conversamos sobre la vacuidad del palco municipal, desierto desde el cambio de legislatura. Ella intentó justificar la ausencia de personal en que era el día del pregón de Navidad, y yo le repliqué que la ausencia permanente no se justifica y que hay cargos a los que se les exige más. Claro que tal vez sea mucho pedir a determinadas personas. Por cierto, finalmente en el palco municipal sólo estuvo la anterior directora gerente de ese teatro y actual directora general de cultura. En cuanto al espectáculo de Ute Lemper sólo podré decir que fué magnífico.

jueves, 8 de diciembre de 2011

ENT

Antecedentes: He sido miembro fundador de la Escuela Navarra de Teatro. He participado como alumno, actor, productor y director de montajes teatrales.
Con todo lo antedicho quiero dejar claro que estoy de su parte y que sé, más o menos, de lo que hablo, pese a que mis relaciones con la ENT sean inexistentes en la actualidad y desde hace bastante tiempo.
Cuando se fundó la ENT, desde el primer momento se dejó claro (ahí quedaron las actas de las reuniones y sus estatutos) que la función primordial era la formación, siendo la exhibición totalmente secundaria y complementaria. De la misma manera se dejó claro que la ubicación en ese local era absolutamente provisional, ya que el alquiler del mismo a la empresa SAIDE era una sangría económica insostenible, lo que hacía urgente la búsqueda de otro espacio en el que desarrollar la labor docente.
La vocación de convertirse en una escuela "oficial" hacía del espacio escénico un requisito imprescindible, de ahí el empeño en continuar en ese local y de irlo ampliando con pisos del edificio anexo, lo que no ha hecho sino aumentar los gastos de acondicionamiento, mantenimiento y alquiler, sin que hasta el presente se haya logrado la anhelada oficialidad de la enseñanza, quedando convertida en una escuela privada sostenida con dinero público. También han aumentado los diversos cargos y personal con sueldo (Direcciones técnicas, de formación, subdirecciones, etc.), hasta una cifra de 40 empleos directos, según declaraciones de la propia escuela).
A lo largo de los 25 años de vida de la ENT han surgido problemas de supervivencia, fundamentalmente por los presupuestos, que se nutren de subvenciones del Gobierno de Navarra y del Ayuntamiento de Pamplona. Para solventarlos han habido diversas propuestas, incluso la de cesión de aulas en colegios públicos en los que impartir las materias, como por ejemplo lo hace la Escuela de danza de Navarra, que han sido sucesivamente rechazadas por parte de la ENT, dado su empeño en no renunciar a su "espacio escénico" y su parcela de exhibición y programación teatral, y en el reconocimiento de la "oficialidad". Debe quedar claro que ni la Real Escuela de Arte Dramático de Madrid (Resad), ni el Institut del Teatre de Barcelona, ambos con reconocimiento oficial de su enseñanza, tienen programación alguna en sus espacios escénicos más allá de los montajes propios, y que una vez conocidos los mismos sabremos que gozan del espacio justo para representación y un escaso número de espectadores, lo que hace del espacio del que goza la ENT un lujo envidiable.
La ENT se ve abocada al cierre por los recortes en las ayudas provenientes del dinero público, con el conflicto añadido de que la parcela formativa pertenece a la Consejería de Educación y la de exhibición a la de Cultura, lo que aumenta la conflictiva "esquizofrenia" en que vive la escuela. La pregunta es: ¿se quiere realmente salvar la escuela o la sala de programación?
Para concluir, me viene a la mente la reciente desaparición de la Sociedad Filarmónica de Pamplona, dedicada a la programación de música clásica, y que se ha visto falta de apoyo institucional para proseguir su labor, como también lo van a ser otras entidades culturales que se dedican a la programación y/o la producción, como la AGAO. Qué más hubiesen querido todas ellas, además, de poder disponer de un local donde presentar sus trabajos. Lo mismo cabe preguntarse de las escuelas y talleres de formación teatral, o musical, o de cualquier rama artística: ¿qué no hubieran dado por contar con apoyo institucional, en lugar de trabajar en un piso o bajera impartiendo clases por su cuenta y riesgo?
Lo repito, ¿se trata de la escuela o de la sala?.

martes, 25 de octubre de 2011

Ignorancia

En la entrada "Teatro quemado" intentaba explicar mi opinión sobre el escándalo del no nombramiento de Jose Mª Asín como director del Teatro Gayarre. Con posterioridad apareció un escrito de rechazo a la discriminación de un candidato por sus opiniones, firmado por diversos personajes de la cultura. A este escrito ha contestado el concejal Fermín Alonso con un irónico "qué pueden saber Pilar Bardem o Miguel Ríos -otros de los firmantes- de la Fundación Gayarre, de su situación actual y de sus estatutos".
No debiera ignorar el señor Alonso que entre los firmantes está Mario Gas, director desde hace años del Teatro Español, el teatro municipal de Madrid, y que algo sabrá de estatutos y fundaciones, y que otros son empresarios y no meros teatreros a los que faltar al respeto. También cabe preguntarse qué ignoraba este señor hasta hace unos meses, cuando le tocó la "maría" de cultura en el reparto. Pero la cuestión no es esta, ya que nadie se ha metido con los dichosos estatutos, sino con el rechazo a una persona por sus opiniones, algo que el Sr. Alonso prefiere obviar y refugiarse en el acatamiento escrupuloso de las "normas". Más o menos lo mismo que decía Gadafi, por poner un ejemplo, hasta hace bien poco. También obvia decir si el presidente de la fundación estaría obligado a aceptar las propuestas de la mayoría y, en consecuencia, proponer al candidato; como también obvia lo bien que le vino la propuesta de Bildu para zanjar la cuestión del nombramiento de mala manera. De la mano de Bildu. Qué poco escrúpulo cuando conviene.
Vuelvo a insistir en que estos desbarres solo los puede justificar, y hago un favor, la bisoñez del concejal, a quien no se le conoce ni por los espacios culturales, ni méritos del ramo que le adornen. Una lástima que no siguiera los pasos empresariales de su familia en lugar de dedicarse a la política, que tan grande le viene y en la que no le auguro un gran futuro a la vista de su trayectoria. Con la falta de emprendedores que hay.
Los ciudadanos nos merecemos unos representantes que no nos hagan sentir vergüenza ajena y de los que nos podamos sentir orgullosos, si no la única programación que veremos en el Teatro será la de sus representaciones, que son el hazmerreir.
Me quiero despedir dejando una frase de Don Pedro Crespo, en "El Alcalde de Zalamea", de Pedro Calderón de la Barca, dedicándosela sin acritud alguna al partido del concejal:
CRESPO: Eso
está muy puesto en razón.
(Al ESCRIBANO)
Con respeto le llevad
a las casas en efeto
del concejo, y con respeto
un par de grillos le echad
y una cadena, y tened
con respeto gran cuidado,
que no hable a ningún soldado.
Y a todos también poned
en la cárcel, que es razón,
y aparte, porque después
con respeto a todos tres
les tomen la confesión.
(Aparte a don ÁLVARO)
Y aquí, para entre los dos
si hallo harto paño, en efeto
con muchísimo respeto
os he de ahorcar, ¡juro a Dios!

miércoles, 12 de octubre de 2011

Estos tiempos

Que los negocios no se dejan llevar por la emotividad y el sentimentalismo no es novedad: business are business. Les contaré una historia real que ilustra estos maravillosos tiempos que vivimos:
Un trabajador advierte a su empresa, de ámbito nacional, que va a tomar sus días de licencia por matrimonio, tal y como le corresponde. La empresa da el visto bueno y el último día de trabajo, en lugar de felicitar al compañero que se casa y hacer una mínima celebración, le comunican el despido, cuyo plazo de preaviso coincide con el período vacacional. Todo un regalo de bodas.
A su regreso, y coincidiendo con su cumpleaños, el trabajador recibe el finiquito. Todo sensibilidad.
La delegación navarra de la empresa nacional de un gran empresario, que incluso preside un gran equipo de fútbol con jugadores millonarios, cierra sus puertas a la espera de tiempos mejores. Seguro que el empresario no conoce esta historia, y aunque la conzoca le importará un bledo. La vida es así y hay que salvar el negocio.
Hoy volvía a leer esos titulares deportivos que hablan de la unidad del equipo, del ambiente del vestuario, de los objetivos comunes y demás topicazos, y pensaba en el grupo de trabajadores que se dieron la espantada temiendo por sus puestos que, en cualquier caso, estaban sentenciados a muerte, incapaces de mostrar un mínimo de empatía.
¡Qué tiempos!. Pero seguro que ustedes también conocen más historias como esta.


domingo, 11 de septiembre de 2011

Un buen día descubres que la vida lleva tiempo diciéndote adiós; tal vez desde el nacimiento. Tus allegados se van marchando y cada vez te quedas más solo, rodeado de unos pocos que te acompañen. Los dolores, los achaques, las penurias te van consumiendo y sobrevives como quien sube una montaña: el objetivo es subir para después bajar y, mientras tanto, disfrutar del paisaje y del esfuerzo. El mito de Sísifo, o el del eterno retorno. Qué más da.
De entre las innumerables interrrogantes que surgen constantemente, hay una que me produce una profunda inquietud. ¿He conseguido hacer algo digno de ser recordado? ¿He cambiado alguna de tantas cosas que no me gustaban en esta vida?. La respuesta está en el interior. Siempre hemos de mirarnos a nosotros para darnos, si somos capaces, una respuesta que no suele ser otra que ¿He sido capaz de adaptarme y aceptar? ¿He sido libre, en qué, en qué he podido decidir realmente? Poco más de lo que afecta a mi entorno más inmediato. La elección de mis calcetines, la familia que creé y pare usted de contar: Esas pequeñas grandes cosas que conforman nuestro día a día.  Lo demás, las grandes palabras con las que nos hacen creer que somos partícipes de las decisiones fundamentales son mentira. Una decepción de la que somos conscientes desde el primer momento, pero que aceptamos acomodaticiamente. ¿Qué otra cosa podemos hacer?.
La empresa nos mintió, dijo que mantendría los puestos de trabajo pero se ha llevado el material a otro país aprovechando el cierre vacacional. Al regreso nos encontramos las paredes de la nave y un tipo que no conocíamos que nos despidió.
Voté su candidatura e hizo lo contrario de lo que propugnaba. Ahora se vuelve a presentar y todos los demás candidatos me provocan una desconfianza aún mayor.
Confiaba en esa marca, su publicidad me hizo creer que era un buen producto. Pura chatarra.
Créame: es una buena inversión y si en unos años decide cambiar podrá venderlo por mayor valor. Ahora no vale ni la mitad.
Sin consumo no hay crecimiento; sin crecimiento no hay trabajo; sin impuestos no hay servicios; este es un elemento peligroso que necesita ser asegurado, cualquier cosa que ocurriera le llevaría a la ruina; este producto que ha comprado es contaminante, debe pagar por lo que contamina; tenemos un problema de espacio, pague por el espacio que ocupa ese producto que compró; mi vida es contemplativa, me dedico a la oración y si crees en mí te ofrezco la salvación eterna, pero necesito cubrir mis necesidades: págame; sé que usted aspiraba a realizar otras tareas, pero esto es lo que hay.
La literatura está llena de grandes obras que reflejan estas situaciones dramáticas, y aún peores. Es difícil decir algo nuevo. Por eso volvemos al eterno retorno, al principio, ¿qué hemos cambiado, hemos sido capaces de cambiar algo que no sea nuestro interior?.
Hoy veía, una vez más, imágenes de candidatos políticos. Estaban rodeados de jóvenes. No había personas maduras ni viejos entre sus interlocutores, suponiendo que les permitieran decir algo y asumir un papel que no fuera el de meros comparsas. "Ellos son el futuro, ellos sufren el paro..." No: "Ellos aún creen que pueden decidir, que pueden hacer, que pueden cambiar algo". Los demás estamos amortizados.

domingo, 14 de agosto de 2011

Teatro quemado

Se podría pensar que es una patología que se da en determinados funcionarios con mando en plaza, por la que acaban creyendo no que trabajan para el organismo, sino que el organismo es de su propiedad y que, en consecuencia, pueden hacer lo que les venga en gana a nada que se sientan con un mínimo respaldo. Una variante de esta tipología es la del pasillero en comisión de servicios con duro retorno a un puesto que no le apetece y le degradaría su estatus. Este tipo puede hacer informes sin temor a las repercusiones, que nunca llegarán más allá de un afeamiento de su comportamiento en la sentencia. En cualquier caso, aunque el organismo oficial acabe palmando dineros públicos nadie se irá a la puñetera calle, ni mucho menos a la trena, ni asumirá responsabilidad alguna.
A lo que iba, o quería ir. Que lo siento mucho por mi estimado Jose Mari Asín, que sin comerlo ni beberlo va a salir churruscado del escándalo de la renovación de la dirección gerencia del Teatro Gayarre. A la entrada anterior me remito.
Que el alcalde presidente de la fundación municipal Teatro Gayarre decida no ratificar el nombramiento del postulado, es como si el Rey decidiera no proponer el nombramiento del presidente del Gobierno porque no lo ha propuesto él en lugar de elegirlo los parlamentarios. Es lo que se llama política de "pormisco", o de "yo o el caos", aunque en este caso sería más correcto decir "yo y el caos".
Como la cuestión no es la adecuación de Jose Mari al cargo, tendremos que pensar que el problema de fondo es estríctamente de competencia política: Si el PSN apoya las propuestas de UPN, se somete a los dictados de UPN. Si se apoya en I-E, NaBai y Bildu, se estará valiendo de los votos de los nacionalistas y, especialmente, de Bildu. Es lo que tiene la bisagra, de tanto girar, primero chirría y finalmente se acaba jodiendo. El alcalde Maya dice que o su candidato o nada. Un pulso tremendo en el que prima "pormisco" sobre las virtudes del currículo y, sobre todo, de los intereses del Teatro Gayarre, al que puede llevar a la paralización. Tampoco importan un bledo las opiniones ni los intereses de los espectadores, ni el proyecto de programación, ni los artistas. Todos prisioneros del totalitarismo. Naturalmente la culpa será de los socialistas, que no saben acatar, negociar, etc. Esta actitud es más sorprendente en alguien que pertenece a la carrera funcionarial, es decir, se le supone el conocimiento de los concursos de méritos y las oposiciones. Pero no. Todo se olvida. Cuando conviene. ¡Menuda legislatura nos espera con esta actitud!.
Les contaré una anécdota: Un determinado funcionario, de esos con mando en plaza, de los que no se jubilan porque ganan más calentando la silla que con la pensión, me reprochó el no haber asistido al funeral anual en memoria de los funcionarios fallecidos durante el año. Me dijo que yo no era una persona muy religiosa. Sin duda el ignorante confundía religiosidad con asistencia a actos religiosos. Esta misma confusión se da en el sentido político. No acaban de entender que el organismo es de quienes pagamos los impuestos, ellos incluídos, y que únicamente tienen la delegación de administrar de la mejor manera posible en bien de todos. Bueno, al menos esa es la teoría. Luego todo se reduce a un vulgar reparto de puestos. Y a la asistencia. Lo del espíritu es otro cantar.

sábado, 6 de agosto de 2011

Teatro

Asistimos a una nueva polémica, y discrepancia política, en torno al nombramiento del director gerente del Teatro Gayarre que sustituya a Ana Zabalegui, nueva directora general de cultura de Navarra, en sustitución de Pedro Lozano, que a su vez se nos desvela como el candidato idóneo de UPN y PP para asumir el cargo. Parecería un baile de puestos, una permuta bien vista por los dirigentes políticos. El acuerdo entre PSN, NaBai y Bildu para nombrar a Jose María Asín viene a desestabilizar el intercambio previsto.
No ocultaré mi simpatía y amistad con Jose Mari, como tampoco lo haré con Ana. Ambos gozan de mi respeto en lo personal y en lo profesional y considero que los dos han demostrado sus cualidades. No puedo decir lo mismo del Sr. Lozano, a quien solo conozco de vista y de quien considero que lo tiene todo por demostrar. A la Red de Teatros me remito como un ejemplo de su gestión. De Ana y Jose Mari ya conocemos su currículum, propuestas y programación. No así del Sr. Lozano.
Como ciudadano contribuyente y espectador pagador de mis localidades me considero con todo el derecho para reclamar poder conocer las virtudes que hacen al Sr. Lozano merecedor de la dirección del Teatro Gayarre. No tengo inconveniente alguno en declararme ignorante de las mismas y de su currículo, más allá de su paso por el gabinete de alcaldía y su salto a la dirección de cultura.
Con todo esto quiero dejar clara una cuestión: Ni quito ni pongo rey, pero ayudo a mi señor: El Teatro Gayarre.

miércoles, 20 de julio de 2011

¡Por fin!

Somos como nos ven. Somos lo que ven los demás, lo que los demás proyectan en nosotros. Aunque creamos y juremos que somos otra cosa, nunca dejaremos de ser ese objeto percibido por los demás. Somos una opinión ajena, aunque creamos lo contrario. Nuestra autopercepción no cuenta. Es engañosa. Naturalmente que hay personas inasequibles al desaliento, incapaces de asumir que no son el niño más guapo del mundo, tal y como les decía su mamá, hasta que alguien, manu más o menos military, les pone en su sitio y les obliga a abandonar su confortable refugio desde el que controlaban todo. Se acabó. No hay vuelta atrás. Aunque juren y perjuren que volverán cuando se demuestre su inocencia nadie espera nada de ellos, sobre todo aquellos que ocuparán sus puestos, como ocurrió con su antecesor Zaplana. No digamos nada del pueblo soberano; porque somos los votantes los que, en definitiva, quitamos y ponemos con nuestras humildes papeletas, aunque haya quien crea que el "cargo" se lo deben a sus líderes. Tal vez eso sea una razón para explicar la ausencia de una sola referencia al electorado en el discurso de despedida. No es el suyo un ¿sacrificio? a título de beneficio del señor Rajoy y para que le deba la posibilidad de alcanzar la presidencia del Gobierno de España.
Hasta nunca, Camps. Quien se despide imponiendo el control sobre los medios de comunicación, y por tanto restringiendo el derecho a la libertad informativa, no merece más despedida que el ostracismo cuando regrese al infierno que habitamos los pobres mortales. Bienvenido al mundo de los tontos. ¿Ve?, al final no era tan listo ni tan guapo. ¿Tan honrado?. ¿Por qué nos olvidaremos de la presunta virtud de la mujer del César?

martes, 24 de mayo de 2011

Dylan

Bob Dylan cumple hoy 70 años. Como homenaje aquí va una de sus canciones del año 1965, para reflexionar un poco:

Positively 4th street
Seguro que es la cuarta calle
You got a lotta nerve
To say you are my friend
When I was down
You just stood there grinning

You got a lotta nerve
To say you got a helping hand to lend
You just want to be on
The side that’s winning

You say I let you down
You know it’s not like that
If you’re so hurt
Why then don’t you show it?

You say you lost your faith
But that’s not where it’s at
You had no faith to lose
And you know it

I know the reason
That you talk behind my back
I used to be among the crowd
You’re in with

Do you take me for such a fool
To think I’d make contact
With the one who tries to hide
What he don’t know to begin with

You see me on the street
You always act surprised
You say, “How are you?” “Good luck”
But you don’t mean it

When you know as well as me
You’d rather see me paralyzed
Why don’t you just come out once
And scream it

No, I do not feel that good
When I see the heartbreaks you embrace
If I was a master thief
Perhaps I’d rob them

And now I know you’re dissatisfied
With your position and your place
Don’t you understand
It’s not my problem

I wish that for just one time
You could stand inside my shoes
And just for that one moment
I could be you

Yes, I wish that for just one time
You could stand inside my shoes
You’d know what a drag it is
To see you.
Tienes que tener mucha cara
Para decir que eres mi amigo
Cuando yo estaba deprimido
Tú te quedabas ahí sonriendo.

Tienes que tener mucha cara
Para decir que estás dispuesto a echar una mano
Tú lo que quieres es estar
Con los que van ganado.

Dices que te fallé
Sabes que no es verdad
Si estás tan dolido
Entonces ¿por qué no se te nota?

Dices que has perdido la fe
Pero no es ese el problema
Tú no tenías ninguna fe que perder
Y lo sabes.

Yo sé por qué
Chismorreas a mis espaldas.
Yo solía estar en el grupo
En el que estás tú ahora.

¿Me crees acaso tan tonto
Como para creer que intentaría ponerme en contacto
Con el que intenta esconderse
Cuando no sabe cómo empezar?

Cuando me ves en la calle
Siempre pones cara de sorpresa.
Dices: ¿Cómo estás? ¡Que te vaya bien!
Pero no lo sientes.

Sabiendo como sabes tan bien como yo
Que preferirías verme paralizado
¿Por qué no sales de una vez
Y lo gritas?

No, yo no me alegro
De ver las angustias que te estás buscando.
Si yo fuera un maestro del robo
Pudiera ser que te las robara.

Ya sé que ahora está disgustado
Con tu estatus y tu puesto
¿Es que no comprendes
Que no es mi problema?

Me gustaría que aunque sólo fuera por una vez
Pudieras estar en mi pellejo
Y sólo por esa vez
Poder ser tú.

Sí, me gustaría que aunque sólo fuera por una vez
Pudieras estar en mi pellejo.
Así te darías cuenta de qué paliza
Es verte.

miércoles, 18 de mayo de 2011

Discrepancia

Hubo un tiempo, al comienzo de esta democracia, en que era necesario posicionarse. Había que afiliarse a una organización sindical, o política más o menos afín a tus ideologías. Después los partidos y sindicatos siguieron su trayectoria y se fueron definiendo-indefiniendo cada vez más, a la par que exigían una disciplina incontestable, una adhesión inquebrantable, al estilo de los viejos tiempos. "Hay que remar en la misma dirección", esa era la consigna, y a quien opinaba que el rumbo, tal vez, no era el correcto, se le apartaba, cuando no se le echaba directamente por la borda.
"Hay que sumar y no restar". Otra frase al uso escuchada en sectores afines. Una forma de decir no me toques las narices, que aquí se hace lo que yo digo, y no te quejes mucho, que el más perjudicado serás tú.
¿Qué entiende usted por lealtad? me preguntaron en una entrevista personal para un puesto de trabajo. No se estaba valorando mi adecuación al puesto. Se exigía desde el principio el silencio.
Omitiré más detalles, porque la cuestión no es pasar factura. Defiendo mi derecho a discrepar, porque siempre me ha parecido enriquecedor. Tendemos a sentirnos atacados cuando alguien no está de acuerdo con nosotros, como si las opiniones ajenas nos minusvaloraran a los ojos de los demás, o nos agredieran por haber sido incapaces de pensar esa posiblidad que se nos propone. Tememos que los otros piensen que hay alguien más capacitado, o que simplemente sus propuestas son más adecuadas y que, en consecuencia, nos quite el puesto.
En cierta ocasión, hablando de determinado círculo de influencia cuyos componentes se repetían en sucesivas jefaturas, alguien dijo que serían los más cualificados ya que siempre eran los elegidos. Respondí que no, simplemente gozaban de un buen respaldo social y jamás llevaban la contraria. Supongamos que tenemos un jefe aficionado al consumo del tabaco. ¿Quién estará mejor considerado, quien le reprocha las molestias e inconveniencias que causa con su hábito, o el que se traga el humo sin rechistar e incluso carga contra el que se queja como alguien intolerante?. Los jefes no quieren problemas, no quieren objeciones, quieren sentirse omnipotentes, respetados y con capacidad de hacer lo que les venga en gana, y cuando alguien adopta una actitud que les hace sentir peligrar su "estatus", lo consideran indigno de estar sentado a su diestra. Malos jefes, en mi opinión, aunque consigan sus objetivos.
La libertad, la independencia, el desacuerdo son sanos, siempre dentro del respeto a los demás. "Es mejor debatir una cuestión sin resolverla, que resolver una cuestión sin debatirla. (Joubert)".
El juez Baltasar Garzón hace esta consideración: "Por desgracia la capacidad de indignación, motor de la capacidad para reaccionar, está vacía. El nivel de adormecimiento es muy peligroso porque conduce al desinterés más absoluto por lo público y por lo solidario. Nada es mío y, por tanto, nada tengo que hacer por mejorarlo". Cuando la leí me pregunté en qué me identificaba con ella y pensé en la situación social en que nos encontramos, un auténtico polvorín que puede explotar en cualquier momento, y me cuestioné la capacidad de reflexión de nuestros dirigentes, no sólo los políticos, a la hora de valorar su parte de responsabilidad en ese desapego. ¿Cuántas personas no consideran suyo más que lo que se llevan en la cartera, y cuántos mienten enarbolando una bandera cuyo mástil acaba en su bolsillo?.
Discrepo. Discrepo y discreparé.

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